DIFICULTADES EN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
Breve introducción
En el documento de la Asociación Americana de Psiquiatría DSM-IV, se agrupa una serie de trastornos de la comunicación como son el trastorno del lenguaje expresivo, trastorno mixto del lenguaje
receptivo-expresivo, trastorno fonológico (o trastorno del desarrollo de la
articulación), tartamudeo y trastorno no especificado de la comunicación.
Hay niños con problemas sensoriales, dificultades y trastornos del aprendizaje y del desarrollo en infantil y primaria
motores, intelectuales o emocionales que desarrollan el lenguaje de un modo
especial. En la mayor parte de los casos, el problema se detecta con facilidad
en la escuela, e incluso el maestro ha sido advertido de las dificultades de
comunicación y ha sido orientado sobre la manera de intervenir educativamente.
También hay otros niños en los que sus trastornos del lenguaje no tienen una
causa tan evidente y no se tiene información sobre ellos, resultando muy difícil
determinar lo que es normal y lo que es patológico. Dificultad que, además, se
ve acrecentada por las diferencias individuales que se observan en el desarrollo
del lenguaje, por los distintos ritmos con los que tal desarrollo tiene lugar y
porque las dificultades del lenguaje de un niño no son homogéneas, es decir,
podemos encontrarnos, por ejemplo, a un niño con un nivel de comprensión
acorde con su edad y con trastornos en la expresión, o viceversa. Por todo
ello es positivo conocer los criterios diagnósticos a los que nos referimos
anteriormente.
- Trastorno del lenguaje expresivo se caracteriza por una limitación cuantitativa del habla, un vocabulario reducido, errores de evocación de palabras y de vocabulario, dificultad para aprender palabras nuevas, frases muy cortas y gramaticalmente simples, variedades de las estructuras gramaticales limitadas, desarrollo del lenguaje lento, ordenación poco frecuente de las palabras y dificultades en la producción de frases de longitud o complejidad propias del nivel evolutivo del sujeto.
- Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo; las características de este trastorno son las ya comentadas anteriormente a las que se añaden problemas en el desarrollo del lenguaje receptivo: dificultades para comprender palabras, problemas para comprender frases, etc
- El trastorno fonológico consiste en una incapacidad para emplear los sonidos del habla evolutivamente adecuados en el idioma y para la edad del sujeto. Se trata de la presencia de errores en la producción fonológica, es decir, en la articulación, que implican la incapacidad para producir los sonidos del habla de modo correcto, así como problemas de tipo cognitivo que suponen una deficiencia para categorizar lingüísticamente los sonidos del habla como, por ejemplo, seleccionar los sonidos que dan lugar a significados diferentes. Según el DSM-IV, los trastornos fonológicos se caracterizan por “la incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y propios de la edad e idioma del sujeto”
- Mutismo selectivo ausencia total y continua de lenguaje en determinadas situaciones o ante determinadas personas, en niños que han desarrollado normalmente el lenguaje. Las características básicas del mutismo selectivo, según el DSM-IV , son las siguientes: Incapacidad persistente para hablar en situaciones sociales específicas (en las que se espera que el niño hable, por ejemplo, en la escuela) a pesar de hacerlo normalmente en otras situaciones. La alteración interfiere el rendimiento escolar o laboral o la comunicación social. La duración es de, por lo menos, 1 mes (no considerando el primer mes de escolarización en el que el niño suele retraerse). - La incapacidad para hablar no se debe a una falta de conocimiento o de fluidez del lenguaje hablado requerido en la situación social. Este trastorno se da asociado a la timidez excesiva, al retraimiento y aislamiento social, conducta negativista en el hogar y rabietas.
- Tartamudeo; la característica básica del tartamudeo, es que la fluidez
y la estructuración temporal del habla están alteradas y resultan inadecuadas
para la edad del sujeto. Se producen, repeticiones de sonidos y
sílabas, prolongaciones de sonidos, interjecciones, pausas y bloqueos, y tensión física
(que se manifiesta por medio de tics, parpadeo, temblor de labios, extensión
de cabeza o cuello, movimientos de puños y mandíbula, etc.), entre otros. Se agudiza
cuando hay una presión para hablar (preguntas orales en clase, entrevistas
laborales, etc.)
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